En España, los tumores malignos han sido la segunda causa de muerte en las últimas décadas, solamente superados por las enfermedades del aparato circulatorio.
Sin embargo, desde el año 2005, los tumores son la primera causa de muerte. De hecho, una de cada cuatro personas que fallecen en nuestro país, son víctimas de un cáncer.
Por este motivo, el diagnosticar, estadificar y tratar adecuadamente a un paciente con cáncer, constituye la herramienta más eficaz para reducir el enorme impacto sanitario, afectivo, social y económico que infringe esta enfermedad. Sin perjuicio del papel de la prevención.